viernes, 20 de diciembre de 2013

Más de Milanis razones

Hay días en que uno se siente reconfortado. Como que se estira en el sillón, con la luz del día entrando por la ventana para iluminar en nuestra falda las páginas de uno de Soriano, de Fontanarrosa o de Abelardo Castillo. Que se yó, de uno que te guste, pero no de los que te ponen los pelos de punta. Si no esos que lees como saboreando las palabras. Entonces el Ministro Báez, da la cara y dice me equivoqué, fue un “error y pido las disculpas del caso a los usuarios de la red que debido a las múltiples interpretaciones que sobre la iniciativa se volcaron pudieron haberse sentido con razón incordiados”.  

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Carta de intención a papá noel de un legislador entrerriano



Papá Noel, son muchas cosas las que te voy a pedir este año, pero principalmente quisiera que me traigas un botón grande y rojo con el que pueda cortar las redes sociales como el facebook, twitter y otras boludeces, cuando corran peligro la vida, la paz y los perritos que son abandonados en la calle. Porque las 

viernes, 13 de diciembre de 2013

Hay que cortarla con la boludéz del feibu



Los recientes acuartelamientos de las policías bravas provinciales, dispararon las alarmas en diferentes sentidos. Se intuye, detrás del reclamo salarial uniformado y armado con saqueos concertados y zonas liberadas, se desenvuelve una complejidad acechante. Es necesario ir al hueso, encontrar a los culpables, que no son los saqueadores y tal vez, ni siquiera los policías de paro. Se extiende entonces un intenso abanico que va desde la pobreza estructural, pasando por las complicidades policiales con el narcotráfico y su retardada democratización, hasta los paralelismos y similitudes con el intento de golpe de Estado contra el presidente 

martes, 10 de diciembre de 2013

Caos y regresión


Desde que el hiperactivo Jefe de Gabinete, Coqui Capitanich, me informó que a partir de la decisión de combatir el narcotráfico con agua bendita y avemarías yo pasaba a ser una obtusa oveja arriada por un piadoso pastor, comencé a sentirme incómodo. Como que la silla se me hacía demasiado dura y el estar parado me ponía inquieto.