Recién bajados de la camioneta destartalada que los había
acercado hasta el comité, parecían llegados de otro mundo, tal vez lo eran. Sin
zapatillas ni alpargatas, sin abrigo para ese mediodía lluvioso y frío,
parecían llegados de otro lugar, de otro clima. Cualquiera diría que se trataba
de un grupo de viejos, pero nadie podría adivinar sus edades, puestos a
calcular. Los cuerpos delgados pero nudosos, del color de la tierra, se
amontonaron a la entrada del local, como si en grupo se sintieran más seguros entre
esa gente distinta, de otro color, y que hasta parecía hablar en otro idioma.
Era la gente del pueblo, no muy lejano, pero tan
lunes, 23 de septiembre de 2013
jueves, 5 de septiembre de 2013
Instrucciones para leer a un boludo
Puede suceder que los boludos, en algunos casos, decidamos
abandonar ese tibio refugio que es el silencio y decidamos, finalmente,
aparecer ante los demás como lo que somos: ontológicamente boludos. Y entonces
nos da por escribir, empezamos con pedorros poemas adolescentes, hasta llegamos
a creernos poetas (los muy boludos), y desde ahí uno ya no sabe cómo termina la
cosa. Porqué decidimos escribir, es un misterio, pero lo cierto es que
escribimos, los ejemplos sobran, generalmente en marginales espacios, como márgenes
de los cuadernos, libretitas mugrientas, bancos de escuelas, muros de facebook
y blogs, pero algunos llegan a escribir en medios masivos de comunicación, esos
ya alcanzan el status de boludos peligrosos.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
Carta abierta al profe gorila de la UADER
Podría comenzar el post con una frase famosa “respeto poco”,
la que le dijo en una ocasión la escritora Olga Wornat a Mariano Grondona y ya
lo hice, como veras. Yo te respeto, nosotros nos respetamos, tu me respetas? Y bueh…
ahí vendría la frase, porque yo entiendo que el lugar de poder, que los años,
que la institución, que los conocimientos adquiridos y la cultura heredada te
colocan en cierto lugar de privilegio, en el que te sentís elevado por encima
del resto, esos que en alguna distracción llamas alumnos, es decir, faltos de luz, poco más que
idiotas.
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