“Asistimos al espectáculo más nefasto y aberrante de la
política y la democracia de nuestra universidad”
Así calificaron los
demócratas republicanos y vanguardistas de izquierdas que integran la Asamblea
Interclaustros de la facultad de Humanidades de la UADER, las recientes
elecciones de Decanos, Consejeros Superiores y finalmente Rector de la
Universidad entrerriana, de las cuales se consideran impulsores y propiciantes,
y a la vez, principales derrotados.
La complejidad y el
oscurantismo de la real politik fueron atacados en su nervio mismo mediante un
comunicado en el cual se reflexiona sabiamente que “durante estas últimas
semanas, en el transcurso de elecciones de decanos, de los miembros del Consejo
Superior, y en la propia Asamblea Universitaria - procesos todos que son fruto
de la lucha de la comunidad universitaria movilizada - asistimos al espectáculo
más nefasto y aberrante de la política y la democracia de nuestra universidad”, donde, según trascendió, se habrían dado
diálogos, encuentros, entendimientos, consensos y hasta asquerosos acuerdos que
no hicieron más que destruir el microclima trabajosamente construido en la
capital provincial.
Como vanguardia iluminada que
se reconoce a sí misma en esto de ser portadora de conciencia de clase, la
Interclaustros, lamentó la “falta de conciencia” de los brutos del interior, de
lo cual concluye que el resultado de las últimas elecciones, “reafirma una vez
más la lógica perversa con que se han manejado las distintas gestiones
interventoras durante estos doce años, con sus socios y cómplices, aliados de
los asquerosos poderes de turno”.
La Interclaustros denunció
“aprietes, presiones, amenazas a los consejeros, prebenda, compra de voluntades
con promesas de cargos y horas, risas socarronas, burlas por la espalda y
pedos fingidos con la boca cada vez que uno de los integrantes pasaba frente a
algún grupejo de militantes rentados K, haciendo nuevamente del presupuesto de
todos los miembros de Uader el botín de la guerra electoral”, de la cual
resultaron sorprendentemente derrotados.
Sin salir de su asombro, la
Asamblea estimó que “en el colmo de la arbitrariedad, la Junta Electoral
violentó cruelmente el proceso de elección de los miembros estudiantiles al
Consejo Superior junto con todas las leyes y reglamentos electorales, y
sodomizó la sacrosanta Constitución, sustituyendo de manera fraudulenta y
deleznable el sistema de reparto de las bancas y negándole así a nuestro
espacio el acceso al segundo consejero”, lo cual hubiese cambiado de una vez y
por todas la realidad de las elecciones, torciéndole el brazo al poder hasta
hacerlo pedir perdón y decir me rindo.
“Se ha abierto un nuevo ciclo
en Uader, del peor de los modos y con las peores prácticas”, estimaron y admitieron off de record que
querían una democracia pero así no.
A pesar de la dura derrota,
pero manteniendo la frente en alto, respetando al adversario, sin
adjetivaciones ni rencores, aceptando las reglas de juego juraron seguir
“marchando y luchando por una autonomía real y por una verdadera profundización
de nuestra democracia, donde seamos nosotros
los que ganemos”.